Los Indianos “con humor, sabor cubano, diversión y respeto a las tradiciones”

El alcalde de Santa Cruz de La Palma invita a disfrutar de Los Indianos “con humor, sabor cubano, diversión y respeto a las tradiciones”

Santa Cruz de La Palma se prepara para recibir miles de visitantes y toneladas de polvos de talco.

El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Juan Ramón Felipe, ha emitido el tradicional Bando del Día del Desembarco de los Indianos, jornada grande del Carnaval palmero, que por su singularidad constituye un referente único en el Carnaval de Canarias.

“Ya se oyen desde el muelle a la Alameda los murmullos de sones, de guarachas y guajiras, ya se siente la alegría por el desembarco de los isleños que hicieron las Américas, llega el día más esperado por propios y ajenos del Carnaval palmero”, comienza el Bando del alcalde capitalino, quien invita a disfrutar de este día “con civismo, conciliando la alegría con el orden, las tradiciones con el bullicio y el ritmo de los bailes con el respeto al vecino”.

“De la buena disposición del pueblo palmero, tan irónico como alegre”, continúa el escrito, “se espera que en el devenir de las fiestas no falte el humor, la abierta diversión, el sabor cubano y el respeto a las tradiciones”.

Los actos programados por el ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma para este día se inician con La Espera, a partir de las 10:00 horas, en la que se contará con las actuaciones musicales en la plaza de España de los grupos Pimienta y Ají y Cuarto Son. A las 12:00 horas tendrá lugar el recibimiento oficial de la Negra Tomasa acompañada por la Academia de Instrumentos Musicales de CajaCanarias, con el baile de la conga.

Asimismo, de las 10:00 a las 14:00 horas, en la plaza de La Alameda, actuación musical amenizada por la Orquesta Ritmo, continuando hasta las 18:00 horas, con la participación de Tinguaro A.K.A Mensey Live, artista canario afincado en Barcelona. A partir de las 16:30 horas tendrá lugar el habitual reparto de polvos (el ayuntamiento tiene previsto repartir más de cinco mil botes) y comienzo del gran desfile de los Indianos, hasta la plaza de La Alameda, donde tendrá lugar la “verbena del desembarco”, culminando con la “Gran Verbena”, en el Recinto del Carnaval, a cargo de las orquestas Arena Caliente, Salsaludando e Irosan.

Siendo este día “una exageración caricaturesca de la figura del isleño de éxito que retorna a su isla natal”, el Bando capitalino insiste un año más en la conveniencia de vestir la indumentaria tradicional cubana: el hombre, con guayabera y pantalón de un impoluto blanco o bien traje de lino, con sombrero panameño; la mujer con faldas largas blancas de volantes, blusas de gasa o seda con encajes, tocados de flores o pamelas, sombrillas de encaje y enjoyadas con grandes pulseras, anillos y collares de oro. Asimismo se hace un llamamiento a conservar las tradicionales parradas musicales y su instrumentación habitual de guitarras, marimbas, tumbadoras, maracas, etc., por ser estos ritmos “un sello de identidad de estas fiestas”.

Respecto a los característicos polvos de talco, “elemento blanco que invade y riega la fiesta de alegría, que hace sonreír a quien los echa y huir a quien los recibe”, se invita a “utilizarlos con picardía pero también con precaución”. Asimismo se pide cautela en la utilización de cañones de polvos de talco, quedando prohibido el uso de sulfatadores y similares para su dispersión.

Por último, por cuestiones de seguridad se prohíbe el paso y la circulación decualquier vehículo a motor, de carrozas o vehículos engalanados con motor, por las calles en las que se desarrolla el desfile: Avenida de los Indianos, O’Daly, Anselmo Pérez de Brito y Álvarez de Abreu.

Transporte adaptado día de Indianos

Transporte adaptado día de los Indianos

De acuerdo a fax enviado desde la Consejería de Transporte a la plataforma Indispal, estas serían las rutas y horarios que estarán cubiertos con guaguas adaptadas el próximo 7 de marzo, Día de los Indianos (S/C de La Palma)
Servicios de ida:
Línea 1: Los Llanos (Est. Guaguas) a S/C de La Palma (Correos): 07:00, 7:30, 8:00, 10:00, 10:30, 11:00, 13:00, 13:30, 14:00, 15:00, 16:30, 17:00, 18:00, 19:30, 20:00, 21:00 y 22:30 horas.
Línea 2: Puntagorda (Pino de la Virgen) a los Llanos (Est. Guaguas): 07:30, 10:30, 15:30, 18:30 y 21:30 horas
Línea 2: Barlovento (Pueblo) a S/C de La Palma: 06:30, 07:30, 10:30, 11:30, 13:30, 14:30, 16:30 y 19:30 hroas
Línea 3: Fuencaliente (Los Canarios) a S/C de La Palma: 15:30 y 17:30 horas
Servicios de regreso:
Línea 1: S/C de La Palma a Los Llanos: 14:30, 15:00, 15:30, 16:30, 18:00, 18:30, 19:30, 21:00, 21:30, 22:00 y 23:00 horas.
Línea 2: Los Llanos a Puntagorda: 14:15, 17:15, 20:15 y 01:15 horas
Línea 2: S/C de La Palma a Barlovento: 13:15, 15:15, 18:15, 21:15 y 23:00 horas
Línea 3: S/C de La Palma a Fuencaliente: 21:00 y 23:00 horas.

www.indispal.org

¡Rumbo a Los Indianos con Los Salvapantallas!

¡Rumbo a los Indianos con los Salvapantallas!
Los Salvapantallas en concierto en el Barco de Armas.
El próximo domingo 6 todos los que viajen en el barco de Naviera Armas que partirá rumbo a los Indianos (TENERIFE/LA PALMA) volverán a tener la oportunidad de disfrutar del viaje con la música de Los Salvapantallas.

Video 2010

httpvh://www.youtube.com/watch?v=Q9oQRRatB0w

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La leyenda del barco con harina estropeada

La leyenda del barco con harina estropeada.

El origen universal de los empolvados palmeros.
 

Contradecir mitos y leyendas es tarea difícil y costosa. No obstante, continuamos en el empeño de desmitificar, con argumentos documentados, esa leyenda repetida erróneamente de la arribada de un barco con harina en mal estado a Santa Cruz de La Palma y su posterior utilización en el Carnaval a modo de empolvados o «enjarinados». Esta versión no está documentada y no la damos por cierta, aunque la tradición, algunos autores, sin citar fuentes, así lo recojan y otros «corten y peguen», continuando así la cadena de despropósitos. Los escritores que hacen referencia a este hecho se esconden con el consabido «al parecer», «según cuentan», «es opinión generalizada»; pero ninguno ha logrado corroborarlo documentalmente.

Justificación documental

En cualquier lugar de La Palma, por los días de Carnaval, en las parrandas de los que «corren la fiesta» en verbenas y bodegas, los polvos de talco y la música han estado presentes siempre. Unos y otros, hombres y mujeres, niños y adultos, se envuelven en el juego de arrojarse polvos de talco. Auténticas batallas incruentas y blancas de miles de kilos de oloroso polvo de talco inunda los rincones de la Isla. La vieja costumbre la encontramos hoy en los programas oficiales de los festejos en los municipios de Santa Cruz de La Palma (Desembarco de los indianos y la batalla de polvos de talco) y en Los Llanos de Aridane (La Gran Polvacera).

Para un estudio serio de esta costumbre hay que remontarse a muchos siglos atrás. Es sorprendente encontrarlos detrás de plumas de reconocidos literatos y los relatos de los cronistas que acompañaban los traslados de la Corte, con el rey al frente, por la geografía hispana. Arrojar salvados, polvos y harinas se halla en los más antiguos ritos del Carnaval universal. El catedrático de Historia de la Universidad de Valencia José Deleito y Piñuela, en su libro También se divierte el pueblo (recuerdos de hace tres siglos) (1944), anota que este motivo tiene su origen en «la boda de Don Carnal con Doña Cuaresma, con arreglo a un rito burlesco y remoto, que inmortalizó en el siglo XIV el arcipreste de Hita. Don Carnaval moría de susto al ver tan fea a Doña Cuaresma. Durante ese festejo, las mujeres de baja estofa se embadurnaban con polvos el rostro y apedreaban a los hombres, entre algazaras y risas, con cáscaras de naranjas rellenas de mosto, grasa, salvado y otras sustancias pringosas». Recordemos que Juan Ruiz, el famoso Arcipreste de Hita, vivió entre 1284 a 1351. Incluye José Deleito un fragmento del Romance a los que tiran naranjas y salvado del Cancionero de los Nocturnos, que dice:

«[…] Las fregonas
mojan primero las caras,
y después las echan polvos
como a billetes escritos».

Una crónica de viajes aporta, sin lugar a dudas, una observa­ción concreta y de gran valor etnográfico sobre arrojar harina en los días de Carnaval. El flamenco Henrique Cock, notario apostólico y archivero de la guardia del cuerpo real, en su libro Relaciones del viaje hecho por Felipe II en 1585, á Zaragoza, Barcelona y Valencia, hablando de las manifestaciones de los días de Carnes­tolen­das, dice: «La gente baxa, criados y moças de servicio, echan manojos de harina unos á otros en la cara cuando pasan, ó masas de nieve, si ha caido, ó naranjas en Andalucía mayormente donde hay cuantidad dellas»; el mismo autor afirma que era una costumbre generali­zada en toda España, además de las máscaras, y tirar huevos «llenos de agua de olores donde ven doncellas en las ventanas».

Según estas interesantes referencias bibliográficas, desde al menos los siglos XIV, XV y XVI ya hay constancia, dentro de las manifesta­ciones del Carnaval, de que las clases sociales más populares se empolvasen. La costumbre palmera bien puedo ser introducida por los primeros colonos en los años iníciales de la incorporación de La Palma a la Corona de Castilla en 1493.

La universalidad del rito de enharinarse en Carnaval lo recoge Gaspar Lucas Hidalgo (1560-1619) en su libro, incluido en los índices expurgatorios de la Inquisición, Diálogo de apacible entretenimien­to, que contiene unas Carnestolendas de Castilla; dividido en las tres noches del domingo, lunes y martes de antruejo (Barcelona, 1605):

«Qué de gritos por las calles,
qué de burlas, qué de tretas,
qué de harina por el rostro«.

En 1799 se promulga una norma prohibitiva para todo el reino de España: «Ninguna persona osada de tirar en las calles, sitio público de plazas, paseos ni otros sitios, huevos con agua, harina, lodo ni otras cosas con que se pueda incomodar a las gentes y manchar los vestidos y las ropas, ni echar agua clara ni sucia en los balcones, y ventanas e con jarras, xeringas, ni otros instrumentos, si se da con pellejos, vejigas ni otras cosas».

Los empolvados en las islas Canarias

Como vemos, dentro de los más antiguos ritos del Carnaval universal, se encuentra arrojarse cenizas, harinas y talcos en medio de alocados juegos. Esa costumbre llega a Canarias y el ilustrado tinerfeño José Viera y Clavijo (1731-1813), en su poema Los meses, nos cuenta:

«Todos son juegos, chanzas, diversiones.
Ya arrojan al cabello limpios talcos
ya al pulcro rostro harina y almidones
ya la agragea a la pulida espalda».

Otro tinerfeño, Lope Antonio de la Guerra, recoge también la manifestación de los talcos entre los estudiantes de Tenerife en sus Memorias (1760): «por vísperas de Carnesto­lendas se quita el Estudio: para esto se llevaba prevensión de coloción i huevos de Talco con los que se arrojaban al Precep­tor cuando entraba en la clase, i alguna ocasión aconteció dárle con los huevos algunos golpes fuertes en la corona».

Entre 1825 y 1830, se estableció en las Islas Francis Coleman Mac-Gregor (1783-1876), donde desempeñó el cargo de cónsul británico en Tenerife. En su libro Las Islas Canarias. Según se estado actual y con especial referencia a la topografía, industria, comercio y costumbres describe al detalle los días de Carnaval, que por esos años empezaban con mascaradas el domingo antes de Navidad, por la noche. Hace referencia a la costumbre de empolvarse en Tenerife y cuando «Los jóvenes, a pie y a caballo, recorren en tropel las calles y empolvan a los que encuentran a su paso con polvos de tocador o, incluso, añil, sin consideración de ningún tipo a la clase social o a la edad. Cuando se pasa bajo las ventanas de muchachas jóvenes, ya están dispuestas para envolver a sus conocidos en una nube de polvo procedente de sus borlas y para rociarlos con agua de colonia». Continúa el relato con la respuesta y enfrentamiento de los «dos bandos», donde los transeúntes no dudan en escalar las ventanas con escaleras: «Y allí se desata una guerra con las muchachas, a las que su madre trata de encubrir sin poder lograrlo. Se pintarrajean las caras unos a otros y se hacen muchas travesuras divertidas. Más tarde «se ríen a carcajadas; después, las muchachas se miran una tras otra en el espejo y sería una vergüenza si la casa no hubiera quedado totalmente desordenada». Cotidiano, aceptado y popular, se desprende de las observaciones Mac-Gregor las viejas costumbres del Carnaval canario de los juegos con polvos de tocador.

Los empolvados continúan en el siglo XIX entre las clases sociales más populares de las Islas, que resisten estoicamente las críticas de los ilustrados de la época, quienes manifestaron siempre su total rechazo. El periódico tinerfeño La Aurora (12 de marzo de 1848), en un artículo titulado Escenas carnavalescas, concluye: «En nuestras islas no hay costumbres peculiares sobre este punto, á no tenerse por tales la de anharinar ó chafarrinarse la cara». Es decir, los ilustrados y cultos cronistas de esta revista de literatura y artes no admiten reconocer como costumbre propia del Carnaval de las Islas que los campesinos y labradores se enhari­nasen o chafarrinasen la cara.

Sin embargo (y por suerte), la vieja costumbre estaba fuertemente arraigada en el pueblo llano. El viajero y clérigo anglicano Thomas Debary, que visitó Canarias en 1848, publicó un libro titulado Notas de una residen­cia en las islas canarias, ilustrativa del estado de la religión en ese país, en la que describe el Carnaval que se vivía en Tenerife: «Encontra­mos que nuestros guías se habían entregado a las bufonadas del Carnaval, pues cuando los llamamos aparecie­ron ante nosotros con las caras blanqueadas con harina -esta y lanzarse ollas rotas a la cabeza era la diversión favorita del momento». Continúa su viaje por la isla y en el valle de La Orotava vuelve a encontrar las parrandas carnava­leras con las bromas de la harina: «Donde­quie­ra que llegamos, los campesinos estaban corriendo por los campos con sus manos llenas de harina, lanzándola sobre cualquier persona que pasara».

La primera noticia que conocemos del empleo de polvos en el Carnaval de Santa Cruz de La Palma data del lejano año de 1867. El periódico grancanario El Ómnibus (30 de marzo) recoge en una crónica: «Todos los juegos se reducen á tirar a las ventanas huevos llenos de harina ó polvos de olor (especie de bombardeo); entrar a las casas a empolvar y bailar«.

Aún con todas estas referencias históricas lo cierto es que la isla de La Palma ha sido la única que ha conservado profundamente la ancestral costumbre de los polvos de talco del Carnaval y hoy se ha convertido en un signo de identidad propia.

Conclusión

Esa leyenda repetida erróneamente de la arribada de un barco con harina en mal estado a Santa Cruz de La Palma y posterior utilización en el Carnaval no está documentada y no la damos por cierta. Hemos visto que la costumbre de los «enharinados» era generalizada desde tiempos remotos en el Carnaval universal, en el canario y por supuesto en el palmero. Los ejemplos citados valen para contradecir rotundamente la leyenda del barco cargado de «harina estropeada o en mal estado«. Dicho con sorna, pícara y carnavalera: ¿No nos parece muchos barcos, anualmente y durante siglos, desembarcando «harina estropeada» en los puertos canarios y peninsulares?

La costumbre de los empolvados del Carnaval continuó en La Palma resistiendo las reprehensiones de los diferentes organismos. Las autoridades tomaban decisiones drásticas. Los empolvados y las harinas eran molestos y se pretendía su erradicación. El periódico El tiempo (Santa Cruz de La Palma, 26 de enero de 1928) publicó una nota de la alcaldía de la capital que especificaba: «Relacionado con la prohibición hecha por el Sr. Delegado, de arrojar polvos y harinas durante las fiestas de carnaval, antigua costumbre que no está en consonancia con la cultura de esta ciudad, el señor Pérez González nos ha manifestado que está dispuesto a castigar con dureza y energía cualquier intento de desobediencia de esta prohibición, para lo que ha pasado las órdenes oportunas a la Guardia Municipal y a la Guardia Civil».

Sea como fuere, el pueblo palmero defendió sus viejos usos y costumbres que hoy se han convertido en uno de sus más altos valores antropológicos y culturales. Ayer y hoy los empolvados del carnaval inundan toda la geografía palmero, especialmente en Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane.

María Victoria Hernández Pérez (Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane)

Estacionamiento y tráfico rodado en Indianos

Bando tráfico Indianos

Con motivo del GRAN DESFILE DE LOS INDIANOS, el lunes 7 de marzo, queda prohibido el estacionamiento, desde las 10:00 horas y hasta las 10:00 horas del día siguiente, en la Avenida de los Indianos, en los carriles con sentido norte-sur y, sur-norte, así como en las calles Anselmo Pérez de Brito, Tedote, Álvarez de Abreu, Blas Simón, Doctor Pérez Camacho, Méndez Cabezola, San Francisco y avenida Marítima, tramo comprendido entre la Avda. del Puente y Baltasar Martín.

Asimismo, entre las 15:00 horas y las 05:00 horas de los días anteriormente señalados, se prohíbe la circulación de vehículos a motor por las calles antes mencionadas.

Respecto al transporte colectivo de viajeros, indicar que a partir de las 13:00 horas, se suprime la parada norte, situada en la Avenida Marítima y solamente, se operara desde la ubicada en la zona sur, es decir, frente al edificio de Correos, de tal forma que la entrada y salida de la Ciudad en autobús, se hará por la Avda. de Los Indianos, conectando hacia el sur por el Túnel de la Portada y hacia el norte por la Vía de Circunvalación.

"Pimienta y Ají" en Indianos

El grupo de la Villa de Mazo «Pimienta y Ají» estará presente en Los Indianos 2011, desde las 10:30 hasta las 12:00 de la mañana en la Plaza de España.

La asociación «Agrupación Musical Pimienta y Ají» comienza su andadura musical en el año 1997, poniéndose la guayabera y compartiendo esas emociones que transmiten las canciones cubanas, han subido a diferentes escenarios de la geografía palmera como del exterior, en festivales como Acatife (Lanzarote), el Festival Sabandeños (Tenerife), Florida Park-El Retiro (Madrid) y compartiendo escenario con grandes figuras del elenco musical de Cuba como, Eliades y María Ochoa, el grupo Morena Son y Virginia Orihuela.

En el año 2003 el grupo graba su primer trabajo discográfico cuyo nombre es «Ella y Yo», marcando un hito en su historia, ya que era la primera grabación de este tipo de música realizada fuera de la capital de la isla, Santa Cruz de La Palma y en su municipio al ser el primer grupo macense que realiza una grabación discográfica. También han tenido el placer de a los dos programas más emblemáticos de la televisión en Canarias en lo que se refiere a música, como son, Tenderete (TVE) y La Bodega de Julián (Televisión Canaria).

En el año 2007 presentan su segundo trabajo discográfico «Son de Mazo», contando con la colaboración de otros músicos «Hijos de Mazo», que están en activo en otras agrupaciones de nuestras islas como homenaje al municipio de La Villa de Mazo, como son Fernando García (Balango, Atlantes), Pedro Miguel (Gofiones), José Luis Teixte (Son Seis y Punto).

Binter repartirá 5.000 botes de polvos de talco además de numerosos obsequios

Por tercer año consecutivo, BinterCanarias estará muy cerca de los palmeros durante la Fiesta de los Indianos y repartirá 5.000 botes de polvos de talco entre los asistentes, además de numerosos obsequios. Se trata de un amplio despliegue con el que la aerolínea pretende contribuir al disfrute de una de las celebraciones más populares del Archipiélago.

Este año, la implicación de BinterCanarias con la fiesta palmera se hará también a través de Internet, mediante la celebración de un concurso. Los más de 23.000 seguidores con los que la aerolínea cuenta en Facebook sólo tendrán que aportar una foto de los Indianos a una aplicación creada para la ocasión, para entrar en el sorteo de 5 billetes interinsulares. La participación será posible del 1 al 14 de marzo.

También se regalarán pasajes, en este caso de forma presencial, durante la recepción de los embajadores, el día 5. BinterCanarias premiará con un billete interinsular a la mejor presentación y al mejor disfraz.

Como cada año, BinterCanarias ha reforzado las conexiones con La Palma para facilitar la afluencia a la cita carnavalera. El incremento de la capacidad de pasajeros se ha realizado mediante el aumento de frecuencias durante los días de mayor demanda de traslados, el viernes y el sábado 4 y 5 de marzo, para la ida, y el martes 8, para el regreso. En total han sido 2.880 las plazas adicionales ofertadas, entre vuelos de ida y vuelta. (Ver publicación relacionada)

Indianos.info

Indianos de "Altos vuelos"

27 de Febrero de 2011.

Indianos de «altos vuelos»

A estas alturas no hay ningún palmero que se precie que no sepa que pasará el próximo 7 de Marzo en su isla. El gran lunes de Carnaval, ¡Indianos!. Sin duda una de las fechas más significativas y especiales de la isla de La Palma. El día en que la ciudad de Santa Cruz de La Palma se convierte en una «marea blanca» de residentes y visitantes.

Nuestros Indianos son un acontecimiento digno de compartir con el mundo y cualquier sitio y momento es bueno para ello. Así que durante este mes «Los Indianos de La Palma» se promocionan «desde las alturas». La Revista Aladierno de la compañía aérea Air Nostrum ha dedicado un reportaje a esta tradición en su edición de Febrero. Esta revista se encuentra en todos los vuelos de IBERIA REGULAR. Air Nostrum es la compañía aérea líder de la aviación regional en España y una de las mayores regionales europeas, franquicia exclusiva del grupo Iberia y se integra en la Alianza Oneworld.

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Este el el reportaje que incluye la Revista:

El Desembarco de los Indianos

Cita con el Carnaval de La Palma (4 al 12 de marzo)

Cada lunes de Carnaval, la ciudad canaria de Santa Cruz de La Palma convoca una de las citas festivas del calendario más originales del archipiélago: el Desembarco de los Indianos, una parodia inspirada en la arribada al puerto capitalino de los palmeros emigrados a América, que retornan a la isla enriquecidos, cargados de monedas de oro, ataviados con indumentarias de sabor caribeño y algo más engreídos y vanidosos por la fortuna lograda en las tierras de promisión.

En el puerto y en las calles, les aguardan, expectantes, sus vecinos, sus familiares, sus amigos y quienes simplemente se acercan a contemplar, atónitos, la venida del indiano rico. Desde 1981, al tradicional Desembarco de los Indianos se unió una costumbre secular en el Carnaval palmero: las batallas de polvos de talco. Niños y grandes se enfrascan en una guerra en la que las víctimas son empolvadas desde la cabeza hasta los pies.

El próximo 7 de marzo, un año más, las principales calles del casco histórico de Santa Cruz de La Palma volverán a vestirse de blanco y recibirán a aquellos que cruzaron el Atlántico en la aventura de América y regresaron a la patria chica con nuevos acentos y melodías.

Descargar revista ALADIERNO de Air Nostrum

Servicio guaguas para el día de Indianos

SERVICIOS PARA EL DÍA DE “LOS INDIANOS”

Transportes Insular de La Palma con los Indianos 20111.

La cooperativa de Transportes Insular de La Palma les recuerda que todas las salidas y llegadas serán desde la parada del muelle (Frente a correos), desde las 22:45 horas y dejaran de tener validez los bonos y pases, siendo los precios de 2 € para trayectos hasta 12 Km y de 4 € para los superiores a 12 Km.

Descargar horarios de las guaguas para el día de Indianos en Pdf

Los Indianos y el Carnaval

El Lunes de Carnaval en Santa Cruz de La Palma, una cruzada de polvos de talco recibe a los indianos que regresan de «hacer las Américas», portando jaulas con loros, baúles, gigantescos cigarros puros, esclavos negros, leontinas y espejuelos, mientras la música caribeña se dilata.

Ya arrojan al cabello limpios talcos

ya al pulcro rostro harina y almidones

José Viera y Clavijo (1731-1813)

Indianos foto Cesar Borja

«¡Cinco años… y una fortuna». Grito, lema y reclamo. Nacía la ilusión, sin medir el esfuerzo que costara. Era la única salida para buscar posesiones y hacienda. En el muelle de Santa Cruz de La Palma o en el pequeño embarcadero de Juan Adalid y en los porís de toda la costa perimetral de La Palma, se apresuraban a embarcar varones jóvenes y familias enteras en la busca de riqueza hacia la otra orilla atlántica. Se conocen como indianos a los emigrantes con fortuna que regresaban a su tierra de origen haciendo ostenta­ción de la misma. Era la época en que los grandes veleros surcaban el Atlántico haciendo la «carrera de Indias». Tiempos de sueños, de esplendor y de dineros, enfrentados a la decadencia de una España que veía desmembrado su imperio de ultramar.

Otros, los que ni tan siquiera tenían para pagar el pasaje en los veleros La Verdad, Nueva Engracia o la Ninfa de los Mares, se quedaron en La Palma. Llegó el siglo xx y el océano lo cruzaron modernos vapores de la emigración de tristes recuerdos: elValbanera y el Príncipe de Asturias. Cinco años… y regresar a La Palma. Ese era el proyecto de miles de palmeros.

De allá llegaban noticias de tierras prósperas, fértiles y de abundantes mieses. El muelle de Santa Cruz de La Palma se veía concurrido de gentes cuando, a lo lejos, los vecinos descubren al «buque correo que trae la correspondencia, buque extranjero o buque de la Habana», al decir de Benigno Carballo Wangüemert (1826-1864).

En el discurrir cotidiano de la monumental ciudad renacentista, con calles empedradas, casonas de magnífica fachadas de piedra o mortero de cal, ventanas de celosía y magníficos balcones de tea y sinuosos callejones que llevaban a la vieja calle de la Marina, se identifica perfectamente el caminar del emigrante retornado por la vestimenta peculiar del indiano, tal y como recoge Isaac Viera (1858-1941): «Por las calles de la capital palmera discurren millares de forasteros, entre los que se ven a muchísimos indianos con el indispensable sombrero de Panamá, que han venido de Cuba».

El humor, la sátira y la parodia, de los que los palmeros tienen sobrados antecedentes, propiciaron el carnavalear con ello. Era la manera de sacar jugo a unos hechos y modos, idealizando al emigrante rico que retornaba a La Palma haciendo ostentación de su fortuna.

Los auténticos indianos decimonónicos y los de la parodia aportaron a la fiesta la vestimenta peculiar de América al estilo de las cálidas tierras del Caribe, sombreros de fina paja tejida, pantalón y chaquetas blancas o beige y gran cigarro puro; y ellas con blondas de colores pastel, encajes, pamelas con flores y sombrillas. Y es así, como los refleja en 1911 el palmero Juan Bautista Fierro Vandewalle (1841-1930) en una acuarela costumbrista titulada Llegada de los indianos. En ella se ve a una familia de emigrantes vestida a la usanza america­na, portando baúles y una jaula con un loro; en contrapo­sición, tres personajes palmeros ataviados con la tradicio­nal indumentaria de la Isla. No es de extrañar que, años después, esa imagen de los indianos ricos y ostentosos se parodiase en Carnaval.

Pero no sólo la indumentaria, sino también las expresiones, las hablas y los acentos, las danzas y los sones; recetas culinarias, incluso, se incorporan a la cultura palmera y conviven conjuntamente con las de la Isla. Valga como muestra que en 1927 se ofreciera en el café Santo Domingo de la capital insular: «Dulces del país de todas clases, jaleas y dulces variados de Cuba, frutas de California de todas clases en latas», según recoge un anuncio publicado en prensa. Todos esos saberes (vestimenta, música, danza y riqueza gastronómica) configuran la celebración festiva del Desembarco de los Indianos.

En cualquier lugar de La Palma por los días de Carnaval, en las parrandas de los que corren la fiesta en verbenas y bodegas, los polvos de talco y la música están presentes. Unos a otros, hombres a mujeres, niños a adultos, se envuelven en el juego de arrojarse polvos de talco. Auténticas batallas incruentas y blancas de miles de kilos de oloroso polvo de talco inunda los rincones de la Isla.

La universalidad y rito de enharinarse en Carnaval lo recoge Gaspar Lucas Hidalgo (1560-1619) en su libro, incluido en los índices expurgatorios de la Inquisición,  Diálogo de apacible entretenimien­to, que contiene unas Carnestolendas de Castilla; dividido en las tres noches del domingo, lunes y martes de antruejo (Barcelona, 1605):

Qué de gritos por las calles,

qué de burlas, qué de tretas,

qué de harina por el rostro.

Como vemos, dentro de los más antiguos ritos del Carnaval se encuentra el arrojarse cenizas, harinas y talcos en medio de alocados juegos. Esa costumbre llega a Canarias y el ilustrado tinerfeño José Viera y Clavijo (1731-1813), en su poema Los meses, nos cuenta:

Todos son juegos, chanzas, diversiones.

Ya arrojan al cabello limpios talcos

ya al pulcro rostro harina y almidones

ya la agragea a la pulida espalda.

En 1799 se promulga una norma prohibitiva para todo el reino: Ninguna persona osada de tirar en las calles, sitio público de plazas, paseos ni otros sitios, huevos con agua, harina, lodo ni otras cosas con que se pueda incomodar a las gentes y manchar los vestidos y las ropas, ni echar agua clara ni sucia en los balcones, y ventanas  e con jarras, xeringas, ni otros instrumentos, si se da con pellejos, vejigas ni otras cosas.

Las costumbres de los empolvados del Carnaval continuaron en La Palma, resistiendo las reprehensiones de los diferentes organismos. Las autoridades tomaban decisiones drásticas. Los empolvados y las harinas eran molestos y se pretendía erradicarlos. El periódico El tiempo (Santa Cruz de La Palma, 26 de enero de 1928) publicó una nota de la alcaldía de la capital en la que se especificaba:

Relacionado con la prohibición hecha por el Sr. Delegado, de arrojar polvos y harinas durante las fiestas de carnaval, antigua costumbre que no está en consonancia con la cultura de esta ciudad, el señor Pérez González nos ha manifestado que está dispuesto a castigar con dureza y energía cualquier intento de desobediencia de esta prohibición, para lo que ha pasado las órdenes oportunas a la Guardia Municipal y a la Guardia Civil.

Sea como fuere, el pueblo defendió sus viejos usos y costumbres que hoy se han convertido en uno de sus más altos valores antropológicos y culturales.

El Lunes de Carnaval en Santa Cruz de La Palma, una cruzada de polvos de talco recibe a los indianos que regresan de «hacer las Américas», portando jaulas con loros, baúles, gigantescos cigarros puros, esclavos negros, leontinas y espejuelos, mientras la música caribeña se dilata. Es una fiesta cargada de imaginación, peculiar y sorpresiva cada año, que depende de la imaginación particular de los asistentes. Las monumenta­les calles Dionisio O»Daly y Anselmo Pérez de Brito soportan estoicamen­te toneladas de polvos, y tardarán días en volver a su estado original.

Para encontrar los orígenes de esta peculiar parodia de Santa Cruz de La Palma nos remontamos a los carnavales «de los monárquicos años veinte», del decir de José Díaz Duque (Diario de avisos, 12 de febrero de 1966), cuando «empezó a circular un enigmático rumor: la llegada de «La Poteca» al baile de «los ideales». […] La Poteca resultó ser un «desembarco de indianos», señores muy conocidos con sus esposas y sus hijos vestidos de isleños que regresaban de Cuba, al son del ritmo de allí».

La «sociedad» La Poteca fue célebre y «El alma de la misma era don Juan Henríquez, de un humor a toda prueba. En los carnavales era célebre su parranda», según Ermelando Martín Guerra (Diario de avisos, 19 de marzo de 1970). La familia de Henríquez Brito guarda un curioso documento-reglamento de La Poteca, «Sociedad Gastronómica Artística», de fecha 1 de enero de 1920 y con domicilio en la calle Pérez Volcán de Santa Cruz de La Palma. Documento cargado de ironía, guasón y buen humor carnavalero. La directiva estaba compuesta, en esa fecha, por Juan Henríquez Brito, Juan Bautista Fierro, Antonino Pestana Rodríguez, Luis Wandewalle Álvarez, Miguel Valcárcel Pinto, Manuel Wandewalle Pinto, Federico Salazar Hernández, Joaquín Poggio Álvarez, José Fierro Hernández y Félix Poggio Álvarez.

En un principio, los polvos de talco estaban alejados de este cortejo decimonónico. La implantación oficial -entendiendo por tal ser asumida por el Ayuntamiento y no tener esta fecha por su origen fundacional- de la parodia del desembarco de los indianos se recupera en 1966. En los años ochenta del siglo xx se reimplanta anualmente en el programa del Ayuntamiento, laLlegada de los Indianos, a la que se unió, sin que nadie se lo propusiera, la vieja tradición de los polvos de talco. Pasado los años, Los Indianos se han convertido en el número más representativo del Carnaval de La Palma.

María Victoria Hernández Pérez