Hace 30 años, los indianos "empolvados"

El «saludo de los isleños»

Los polvos de talco han estado en el Carnaval palmero desde tiempos inmemoriales. En cualquier lugar de la Isla las gentes corrían la fiesta «empolvados» o «enjarinados». La implantación oficial -entendiendo por tal ser asumida por el Ayuntamiento y no tener esta fecha por su origen fundacional- de la parodia del Desembarco de los Indianos se recupera en 1966 en la programación de las llamadas entonces de forma eufemística «Fiestas de Invierno». En estos años, los polvos de talco estaban alejados de los pomposos ropajes de cáñamo y blondas del cortejo de la parodia de indianos retornados de Santa Cruz de La Palma. En 1961 se autorizan las Fiestas de Invierno en la provincia. Santa Cruz de La Palma las celebra y se incorporan diferentes y recordadas murgas y comparsas, sin olvidar las muy palmeras parodias.

Después de la recuperación del Carnaval, a partir de la Constitución de 1978, el pueblo fue revitalizando las recordadas parodias del viejo Carnaval. La llegada de la democracia propició su recuperación genuina, sin necesidad de que las autoridades recurriesen a bandos coactivos y sancionadores.

El Carnaval de 1979 fue el último celebrado antes de tomar posesión las nuevas corporaciones democráticas. El programa abarcaba: elección de la reina y sus damas; diversas actuaciones y participación de Los Brasileiros en la plaza de Santo Domingo; y desfile de «carrozas por nuestras calles, acompañadas de disfraces y coches engalanados». El dinero no daba para más. El Ayuntamiento colaboraba con 30.000 pesetas y la Caja Insular de Ahorros de La Palma con 35.000.

La nueva corporación municipal tomó posesión el 19 de abril de 1979. En la prensa consultada no figura la participación oficial del Ayuntamiento en el Carnaval de 1980, si bien conocemos el gasto de 75.000 pesetas para el concurso de disfraces. Posiblemente, la corporación municipal no se involucró directamente ante la proximidad de los festejos lustrales de la Bajada de la Virgen, aunque entendemos que el pueblo corrió la fiesta de manera espontánea. El Hotel San Miguel ofrecía del 16 al 19 de febrero «Grandes Bailes de Disfraces», con el grupo Hamagroup y Toni Landa. El estudio fotográfico Moreno recordaba en la prensa que el martes y domingo de piñata estaría abierto y «Recuerde sus fotos del carnaval 1980 en Foto Moreno».

En los años ochenta del siglo xx, se reimplanta anualmente en el programa del Ayuntamiento la Llegada de los Indianos, a la que se unió, sin que nadie se lo propusiera, la vieja tradición de los polvos de talco. En 1981, hace ahora 30 años, la comisión de fiestas capitalina, formada por miembros de la corporación municipal y un nutrido número de vecinos, redacta el programa de actos. Para el último sábado de febrero, una cabalgata desde La Alameda, pasando por Pérez de Brito, la avenida El Puente, finalizando con un «concierto en la Plaza de España a cargo de la banda de música de Oxford [bajo la dirección del profesor Atanasius] que hace escala técnica en La Palma». Para el domingo de Carnaval, festival en la plaza de Santo Domingo, con la participación de «murgas, rondallas, parrandas y demás agrupaciones, que a continuación divertirán a las gentes por las calles». Una crónica de Diario de avisos anuncia para el 15 de febrero: «La tradicional llegada de los indianos será el lunes a las cinco de la tarde, con recibimiento en la plazoleta del muelle».

Según algunos informantes, en 1981, los indianos fueron muy pocos, en torno a unas cien personas entre participante y atónitos espectadores. En años sucesivos, los indianos, envueltos en olorosos talcos, tomarían una fuerza inusitada que llegó a desbordar a los organizadores. El cartel anunciador, obra de Vicente Blanco, representaba a un payaso con aire caribeño, tocado con un lindo y adornado pajizo panameño y un tarro de polvos en la mano derecha. El lema es aún más esclarecedor: «Santa Cruz de la Palma, batalla de polvos, Carnaval 81».

En 1981 el grupo de gobierno del consistorio fue una coalición entre el PCE y PSOE. La alcaldía estaba presidida por Antonio Sanjuán (PCE) y la Comisión de Festejos por el socialista Basilio Galván. Este último nos ha manifestado: «Aquello empezó espontáneamente. El Club Náutico nos facilitó los locales, de la hoy avenida de Los Indianos, para el arranque de la cabalgata de indianos. La comisión de fiestas fue repartiendo los tarros de polvos por toda la calle. El primer año éramos muy pocos y al año siguiente se desbordaron todas las previsiones; se acabaron pronto las viandas que ofrecíamos y también los polvos. Nadie en concreto, que recuerde, propuso la unión de la parodia de los indianos y la batalla de polvos. Nació espontáneamente. Tanto el cortejo de indianos como los polvos ya estaban desde hacía muchos años en el Carnaval de Santa Cruz de La Palma, aunque cada uno por su lado. En 1981 se encargó un cartel a Vicente Blanco, en el que ya se hacía constar «batalla de polvos». Me gustaría poder hacer mención de todas y cada una de las personas que participaron en aquellos primeros años de la unión entre el recibimiento de los indianos y la batalla de polvos; recordarlos a todos sería imposible, pero sí estaba la familia Lugo, Galván, Daranas, el grupo caribeño Son Montuno, la Banda San Miguel y otros tantos».

Al mismo tiempo que se ultimaba el contenido al programa del Carnaval de 1981 tenía lugar el Golpe de Estado del 23 de febrero. En ese momento, la incertidumbre se apoderó de los organizadores. El 24 de febrero, Diario de avisos, como toda la prensa nacional y extranjera, abría a toda página con el titular «Fracasó el golpe de Estado». Curiosamente, en este mismo ejemplar del rotativo, se publicaba, en páginas interiores, el cartel del Carnaval de Santa Cruz de La Palma, impreso en Litografía Romero (Santa Cruz de Tenerife).

Todo pasó y se confirmó la democracia en España, y con ella el perseguido Carnaval. El hecho del 23 de febrero dio lugar a parodias espontáneas al conocido grito de Antonio Tejero, teniente coronel de la Guardia Civil, en el hemiciclo del Congreso de los Diputados («¡Todo el mundo al suelo…!»), y algunos indianos cambiaron el pajizo por el tricornio. El clásico sabio «punto» de los palmeros volvía a hacer parodia.

La llamada transición democrática en La Palma fue una época digna de un profundo análisis que abarque todos los campos sociales y económicos. Por suerte, los protagonistas directos del Carnaval, aunque en diferentes opciones políticas, se unieron para trabajar en cualquier cometido. Realmente les unía una profunda amistad. Era una época de ilusión y de mentes preclaras. Nos encontramos a Vicente Blanco, consejero de Cultura del Cabildo Insular por UCD y presidente insular de esta formación política, dibujando el cartel anunciador del Carnaval para la Comisión de Fiestas, bajo la presidencia nata del alcalde comunista Antonio Sanjuán; por delegación de servicios de la Alcaldía, Basilio Galván, del PSOE, presidía la concejalía de Festejos. A ellos se unió la oposición, formada por los independientes de Santiago García Cejas y la UCE, encabezada por Manuel García Rodríguez.

En nuestra opinión, este entendimiento, y no otra cosa, entre las variopintas opciones políticas, refrendadas por el carácter propio de los hijos de Santa Cruz de La Palma, fue el motivo fundamental de la hoy arraigada parodia del Desembarco de los Indianos y la batalla de polvos talcos.

Pasó el Carnaval de 1981 y Diario de avisos publica la crónica final: «Ayer lunes [2 de marzo] tuvo lugar el acto carnavalero de «llegada de los indianos» con un recibimiento de «polvos» que en gran cantidad distribuyó la comisión de fiestas del ayuntamiento de esta capital». Costumbre que por toneladas continúa asumiendo el consistorio.

El programa de actos del año siguiente, 1982, anunciaba para el lunes de Carnaval la Llegada de los Indianos «con su vestimenta característica tocados de pajizos y con los loros en sus hombros. La caravana con acompañamiento de las clásicos familiares se trasladará por las calles de O»Daly y Pérez de Brito hasta la plaza de La Alameda, también durante todo el trayecto tendrá lugar el saludo de los isleños con la «gran batalla de polvos». Verbena popular en la Plaza de España de los «indianos» y comienzo del tradicional «baile de máscaras», según rezaba el Diario de avisos el 12 de febrero.

Acertadísima justificación de la incorporación de los viejos y ancestrales polvos de talco o harina del Carnaval palmero, a modo de «saludo de los isleños» a la comitiva de los indianos retornados. No podía ser de otra manera. Recordemos que la máxima expresión de júbilo la expresamos los palmeros empolvándonos, incluso fuera de las fechas de Carnaval. La primera noticia que conocemos del empleo de polvos en el Carnaval de Santa Cruz de La Palma data del lejano año de 1867. El periódico grancanario El Ómnibus (30 de marzo) recoge en una crónica: «Todos los juegos se reducen á tirar a las ventanas huevos llenos de harina ó polvos de olor (especie de bombardeo); entrar a las casas a empolvar y bailar».

Esa leyenda repetida erróneamente de la arribada de un barco con harina en mal estado a Santa Cruz de La Palma y posterior utilización en el Carnaval no está documentada y no la damos por cierta. La costumbre de los «enharinados» era generalizada en el carnaval canario, y en otros lugares fuera del Archipiélago. Lo recoge Viera y Clavijo (1731-1813) y el periódico tinerfeño La Aurora (12 de marzo de 1848), en un artículo titulado Escenas carnavalesca: «En nuestras islas no hay costumbres peculiares sobre este punto, á no tenerse por tales la de anharinar ó chafarrinarse la cara». Evidentemente con estos dos ejemplos, hay muchísimos más, vale para contradecir rotundamente la leyenda del barco cargado de «harina estropeada». Dicho con sorna, pícara y carnavalera: ¿No nos parece muchos barcos desembarcando «harina estropeada» en los puertos canarios?.

Terminaban las crónicas de la prensa el 23 de febrero de 1982: «se fijó para ayer lunes el pintoresco acto de la «llegada de los indianos» al puerto de Santa Cruz de La Palma, tras un refrigerio con que les saludó el ayuntamiento en el Real Club Náutico de tres a cuatro de la tarde e iniciar seguidamente el recorrido por la población hasta la Plaza de la Alameda, más también durante el trayecto «Gran batalla de polvos»». Más tarde tuvo lugar en la Plaza de España «una verbena popular de indianos».

Así fue el principio de la hoy indisoluble unión entre el Desembarco de los Indianos y la batalla de polvos, concebida a modo de saludo de los isleños a los indianos que arribaban a su isla natal luciendo vaporosas vestimentas de colores pastel, propias de las tierras caribeñas.

Nota: Agradecemos a Acenk Galván Lugo la cesión de las dos interesantes fotografías que ilustran este artículo, archivadas en su álbum fotográfico en el año 1981.

María Victoria Hernández Pérez (Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane)

Preludio de la apoteosis de Los Indianos

12 de  Febrero de 2011 – (Vía El diario de Avisos)

Preludio de la apoteosis de Los Indianos

La historia de los Indianos desde las fiestas de Invierno de 1965 hasta la actual celebración.

Reescribimos la historia de los Indianos, a un mes escaso de su celebración, muy cerca de donde comenzó, hace ya 55 años. En esta casa, el primer piso del número 11 de la Avenida Marítima nos recibe Julieta Guerra, una de las fundadoras de esta magnifica parodia que lleva en la mirada el brillo de la indiana joven. Nos arrastra en su viaje a la calle Real, el lunes de las entonces llamadas Fiestas de Invierno del año 1965, y al momento exacto en el que termina un pasacalles protagonizado por una comparsa tinerfeña traída especialmente para la celebración de una fiesta que empezaba a perder la timidez impuesta por el régimen franquista. Es en ese momento, tras la decepción de «los diez minutos que duró el desfile», cuando el esposo de Julieta, Gonzalo Cabrera sentenció: «Esto no puede ser, esto no le alegra la vida a nadie. Hay que organizar algo».

Los Indianos, nacidos del germen antiguo del ímpetu festivo de cinco matrimonios, entre ellos Julieta y su ya desaparecido Gonzalo, que deciden vestirse de blanco, emulando al indiano recién llegado, digno y elegante, de Cuba, se han enriquecido a partir de aquel primer empolve general iniciado en el año 1981. Ahora, traspasadas las bodas de oro de este maravilloso y apoteósico encuentro carnavalero y con el imprescindible ingrediente de los polvos de talco, la fiesta multitudinaria se ha convertido en tradición popular por la más genuina convicción social. 

El blanco en los escaparates salpica la bella estampa que ofrece una calle Real más viva. La imagen se traslada a cada rincón de la ciudad y hasta a otros comercios minoristas de la comarca, dispuesta también para el empolve. A estas alturas, todavía con un mes por delante, y pese a que muchos respetan la sana costumbre de la improvisación, otros tantos cuidan hasta el último detalle para la cita carnavalera.

Ya no queda ni una sola plaza alojativa hotelera o extrahotelera en la zona turística más próxima a la fiesta, Los Cancajos, entre el sábado y el martes. Pero las reservas en casas de amigos y familiares, están también apalabradas y se respira a indiano. Las compañías aéreas y marítimas que operan con La Palma reforzarán las conexiones esos días, previa solicitud del Patronato de Turismo de la Isla Bonita, para cubrir las necesidades de conectividad desde los puertos y aeropuertos canarios, fundamentalmente con las islas capitalinas. Así las cosas, las expectativas económicas, balón de oxigeno para el comercio y para el sector turístico, permiten mirar de reojo la crisis, que casi aparece descafeinada frente a los rigores de una fiesta que nadie va a perderse. «Parece mentira que hayan pasado tantos años», recuerda Julieta en su salón mientras mira la foto de recién casados de sus padres. «El vestido de novia de mi madre -dice señalando la foto- típico de Cuba, fue el primer vestido de indiana que me puse y que arreglamos. Claro, con la ayuda de la hermana de mi marido Gonzalo, Yolanda Cabrera, que sabía y sabe hacer de todo, con una energía increíble y siempre la más animada y a la que siempre se le ha dado muy bien la costura». Yolanda forma parte del grupo de fundadores, donde también figuran Pedro Cabrera Sánchez, Lola Guerra, Julio y Maribel, entre otros. La indumentaria de la fiesta, que tiene sus antecedentes en un improvisado salón de costura de una pandilla de amigos en La Dehesa 55 años atrás, se perfecciona ahora, en un trabajo de recuperación y respeto por la tradición. Es el Taller de Indianos, creado en enero de 2006, un marco en el que cabe, desde la confección del elegante atuendo que este año 2011 lucirá la Negra Tomasa en la tradicional Espera, hasta la ayuda a una mayoría de mujeres -la presencia de hombres es testimonial- que se defienden en la confección y a las que la modista del taller, Raquel Paz, ayuda en cada detalle. «Intentamos que el atuendo que preparan se ciña al modelo tradicional de indiano», nos explica, mientras continua imparable las tareas de organización. De este lugar común de trabajo, que conserva la esencia de aquellas primeras reuniónes de cinco amigas que retocaron vestidos propiamente cubanos, salen algunos de los modelos más elegantes y elaborados, confundidos el lunes de Carnaval en las estridencias de una gran marea blanca que tomará la ciudad.

Artículo de : www.diariodeavisos.com/2011

Carnaval de Santa Cruz de la Palma: “Los Indianos”

LA FIESTA DE LOS INDIANOS  – CARNAVAL DE SANTA CRUZ DE LA PALMA
El día de Los Indianos se celebra cada primer lunes de Carnaval en la ciudad de Santa Cruz de La Palma, (Isla de La Palma. Canarias)

Se denomina «Indianos» a los emigrantes que después de haber hecho fortuna en América, regresaban a su tierra de origen haciendo ostentación de su éxito y riquezas. Una época en que los grandes veleros surcaban el Atlántico haciendo la «carrera de Indias» y el que el lujo y el esplendor se enfrentaban a la miseria y a la decadencia.

En la imagen una famosa acuarela realizada por Juan Bautista Fierro que representa la llegada de una familia de estos emigrantes. La obra es del año 1911 y fue la protagonista de uno de los carteles de Los Indianos.

Los Indianos. Obra de Juan Bautista Fierro Van de Walle
Regreso Indianos. Obra de Juan Bautista Fierro Van de Walle

La fiesta.

Esta popular y tradicional fiesta palmera no es otra cosa que la representación de una parodia de estos emigrantes palmeros que regresaban con sus familias de Las Américas, principalmente de Cuba, y presumían de la fortuna y buena posición que habían adquirido.

Esta tradicional representación hace que cada año las principales calles de la capital de La Isla se vean inundadas por miles de Indianos ansiosos por vivir un año más el evento que, sin lugar a dudas representa el plato fuerte de los Carnavales de la isla, y uno de los más importantes del archipiélago canario. Cada edición logra congregar a un número mayor de visitantes de las islas vecinas, de España y también de países del extranjero. Como elementos imprescindibles no pueden faltar la música caribeña, el ron y por supuesto, todo esto se produce bajo una cruzada de polvos de talco.

El «blanco» inunda toda la ciudad, tanto por la «batalla» de polvos de talco» como en lo que refiere a la vestimenta. «Los Indianos» visten de blanco, beige o colores crudos. Es imprescindible. Pero eso si, deben ir ataviados con sus mejores galas. No vale cualquier ropa blanca. Ellas deben lucir elegantes vestidos en blanco, beige o tonos pastel, que se complementan con blondas, encajes, sombreros, abanicos, sombrillas y por supuesto con joyas. Ellos visten con levitas o trajes blancos o beige, sombreros panameños, relojes de oro… También son muy usuales las maletas repletas de puros,  joyas , dinero… Algunos, los que lograron mayor suerte, incluso vienen acompañados por sirvientes criollos. Más sobre la vestimenta en este día>>

Vestimenta Indianos 1
Los Indianos deben cuidar su vestimenta

Y ya que hablábamos de los sirvientes, es aquí donde entra la figura de la famosa «La Negra Tomasa«, o lo que es lo mismo, Víctor Díaz, conocido popularmente en la isla como Sosó. Un personaje imprescindible en todas las celebraciones de Indianos. Cuando se acercan las fiestas acapara la atención de televisiones canarias e incluso nacionales. Podríamos decir que es la embajadora por excelencia de la fiesta.

El ritual

La celebración comienza desde la mañana, en lo que se denomina «La espera«. Los indianos se van congregando entre parrandas, actuaciones musicales y risas, se empieza a calentar motores para la jornada que se avecina. En el Atrio del Ayuntamiento, autoridades de la isla aguardan la llegada del Cónsul de Cuba y sobre todo, de la Negra Tomasa. Cuando esta hace su aparición en La Plaza de España, a eso de las 12 del mediodía,  podemos decir que ha comenzado oficialmente el día de Indianos.

Indianos La Palma
Empieza el día de Los Indianos con la llegada de personalidades

Indianos 2013
En la Plaza de España no cabe ni un alfiler

indianos llegada de La Negra Tomasa 2011 1
Llegada de La Negra Tomasa

La fiesta continúa sin pausa durante el almuerzo, que todos celebran en casas particulares o en restaurantes y bares de la ciudad. Horas más tarde, dará salida el desfile o pasacalles de los indianos, que transcurre por las principales calles de Santa Cruz de La Palma. Desde la Avenida de Los Indianos, por la calle O’Daly, pasando por la Anselmo Pérez de Brito y hasta llegar a la Plaza de la Alameda. Durante todo este recorrido Santa Cruz se convierte en una ciudad caribeña bailando al son de ritmos como guajiras, guarachas, guaguancós. Más tarde la fiesta seguirá con una verbena que durará hasta bien entrada la madrugada.

Indianos tomandose un descanaso La Palma 1
Indianos tomándose un descanso

Los Indianos. Fuente de inspiración.

Los Indianos no son nada sin su música, El Grupo palmero «El Cuarto Son» lo dejó bien claro en su tema «El Día de Los Indianos». «Cuarto son» fue creado por grupo de amigos con experiencia musical, el conjunto tiene como base la música tradicional cubana. Han actuado en el Atrio del Ayuntamiento dando la bienvenida a este importante día desde el año 1995 al 2007. Una muestra de lo que se oye este día aquí>>

En el día de los Indianos, más que nunca es popular la música de grupos como Son BohemioEl Cuarto Son, ONG El Cardero Punto Com, Changó, Pimienta y Ají, etc…

Era de esperar que una fiesta de tanto arraigo como esta no solo quede reflejada en las miles de fotografías que se toman el día de su celebración. Su encanto engancha a todos y esto hace que Los Indianos estén presentes en las obras de artistas de distinto ámbito, pintores, músicos, escritores, cineastas…

Un ejemplo son las pinturas del artista palmero Luis Morera, donde se plasman escenas y típicas de este día. Algunas de ellas han sido utilizadas como carteles anunciadores de diferentes ediciones de las fiestas carnavaleras.

Exposición de “Los Indianos de Luis Morera”
“Los Indianos de Luis Morera”

Los Indianos han llegado a ser recreados incluso en el cine. Abajo vemos una escena de la película «El amor se mueve» el primer largometraje de la palmera Mercedes Afonso en el año 2007 que cuenta 7 historias de amor entrelazadas, en 7 colores.

Escena de El amor se mueve Foto www.diarioelamorsemueve.blogspot.com

Pero no han sido, ni serán, los únicos que encuentran inspiración para sus obras en esta tradición palmera. Pincha aquí y verás otros ejemplos.

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Más sobre los Indianos de La Palma:

Vídeo sobre los Indianos de La Palma

httpvh://www.youtube.com/watch?v=VS4dRiWmQjo

Para conocer más sobre una de las protagonistas indiscutibles de los Indianos:

  • Entrevista a Sosó, La Negra Tomasa. Por indianos.info
  • Vídeo reportaje sobre «La Negra Tomasa» en el programa televisívo»Vidas Anónimas» (aunque nuestra Negra, es todo menos anónima)

 

httpvh://www.youtube.com/watch?v=CzfksdW_1Lg